El hormigón autorreparable incorpora componentes que, en contacto con el agua, activan un sellado de microfisuras. La consecuencia es directa: más durabilidad, menos mantenimiento y un ciclo de vida más favorable en elementos expuestos. Para residencial, abre una línea de trabajo interesante en zonas donde la protección frente a humedad y agentes agresivos marca la diferencia.
Qué cambia frente a un hormigón convencional
La reparación temprana limita la entrada de agua y evita que el daño progrese hacia las armaduras. Esto reduce intervenciones y mejora la previsibilidad del comportamiento estructural.
Dónde podría encajar en vivienda
Elementos expuestos (cubiertas, plantas bajas en contacto con humedad, piezas singulares) pueden beneficiarse si los sistemas superan certificaciones y resultan competitivos en coste–beneficio. Como siempre, primero datos, después decisión.
La postura de Trinosa
Seguimos su evolución con interés y prudencia técnica. Si las soluciones confirman resultados en obra y encajan en la normativa aplicable, serán otra herramienta para edificios más duraderos y eficientes.

